La trabeculoplastia con láser es un procedimiento oftalmológico utilizado para tratar el glaucoma de ángulo abierto, una condición en la cual la presión intraocular aumenta gradualmente debido a un bloqueo en el sistema de drenaje del ojo. Este tratamiento está diseñado para mejorar el flujo de líquido ocular, reduciendo así la presión dentro del ojo y ayudando a prevenir el daño al nervio óptico.
¿Qué es la Trabeculoplastia con Láser?
La trabeculoplastia con láser es un procedimiento no invasivo donde se utiliza un láser especializado para abrir y limpiar las vías de drenaje en el ángulo de la cámara anterior del ojo. Este láser estimula las células del tejido trabecular para mejorar la capacidad de drenaje del humor acuoso, facilitando así una reducción efectiva de la presión intraocular.
¿Cómo se realiza la Trabeculoplastia con Láser?
El procedimiento de trabeculoplastia con láser se realiza de manera ambulatoria, generalmente en el consultorio del oftalmólogo. Se administra anestesia tópica (gotas para los ojos) para adormecer el ojo y se utiliza un láser especializado que se aplica directamente al ángulo de la cámara anterior del ojo. El láser emite pulsos de luz que actúan sobre el tejido trabecular, mejorando su capacidad de drenaje. El procedimiento es rápido y generalmente toma entre 10 a 15 minutos por ojo.
¿Cuánto Dura el Procedimiento?
La trabeculoplastia con láser es un procedimiento rápido que típicamente dura entre 10 a 15 minutos por ojo. Después del procedimiento, los pacientes pueden experimentar una leve molestia o visión borrosa temporal, pero estos síntomas suelen desaparecer en poco tiempo. La mayoría de los pacientes pueden regresar a sus actividades normales el mismo día.
Consideraciones Importantes
Antes de someterse a una trabeculoplastia con láser, es importante que el paciente discuta con su oftalmólogo cualquier condición médica preexistente, incluyendo otros problemas oculares y cualquier medicamento que esté tomando. Es fundamental seguir todas las recomendaciones postoperatorias proporcionadas por el médico, como el uso de gotas oculares y la programación de visitas de seguimiento, para asegurar una recuperación adecuada y mantener el control efectivo de la presión intraocular.